Bitácora personal que viene a suplir la desaparición de los52golpes, donde colaboraba semanalmente el autor.
domingo, 24 de abril de 2022
DONDE EL MAR NO SE VE
lunes, 18 de abril de 2022
FECHAS
Ella se acuerda de todas las fechas. Todos los nacimientos,
las bodas, las defunciones. Como lo hicieron siempre las mujeres de la casa.
Los hombres recuerdan otras fechas y otros nombres. Sólo ella sabe las
efemérides del llanto y la alegría. A mí me agrada escucharla cuando habla. Es
como abrir una puerta al tiempo, un portal a una dimensión olvidada. Mi tío conoce
las fechas de todas las batallas desde que hay registros históricos. Habla de
derrotas y victorias como quien lo hace del tiempo que hizo ayer. El abuelo
controlaba los santos y festividades religiosas. Siempre anunciaba la
conmemoración del día y, si le daban un nombre, decía cuando se celebraba su
onomástica. En casa siempre fuimos muy de fechas. Mi hermano, por ejemplo, es
ducho en datar ciertos acontecimientos deportivos y yo ando memorizando nacimientos
y defunciones de poetas reconocidos o que me parecen importantes. Cada cual
arrima las fechas a su sardina. Y es que hay fechas para todo porque el tiempo
no se detiene y hay más días que longanizas. Un primo lejano comenzó con el
santoral y ahora se ha pasado a la celebración del día mundial de…, que tiene más caché y aceptación entre los neófitos. En mi familia
coleccionamos fechas como quien colecciona sellos.
Ella sabe todas las fechas y avisa cuando llegan. Mientras tenga memoria estaré viva, dice
cuando evoca otros tiempos o nos avisa que nos vamos haciendo mayores. Ayer
mismo recordó que su padre nació con el siglo y murió un viernes de dolores. Aquella
semana santa también cayó en abril. Pero hoy, lunes de pascua, se ha quedado
sentada al sol primaveral en su mecedora y no ha abierto la boca en todo el día.
Mi hermano recuerda que el Barça ganó
su última champions a la Juve el sábado seis de junio de 2015. Mi
tío despotrica contra las guerras actuales. Mi primo, el segundo de tres
hermanos, dice que su día es el 12 de agosto. Y yo repaso la generación del 27.
Ella calla.
Ella calla y es como si acabara el mundo. ¿Qué vamos a hacer cuando no nos diga quien cumple años mañana, cuándo se casaron las mellizas o cuántos años hace que murió la tía Asunción? Estas cosas no las sabe el facebook. Y ella calla Y mira la puesta de sol. Y se mira para los adentros. Y me mira a mí como diciendo: acuérdate de esta fecha.
domingo, 10 de abril de 2022
AIXÒ ÉS OR, XATA
miércoles, 30 de marzo de 2022
LUGARES DE PASO
Queremos pensar que estamos de paso por la vida, deseamos creer que nuestra meta no es la muerte. Que no tenemos la capacidad de discernir y tomar conciencia de nuestra existencia para terminar siendo polvo y recuerdo en el mejor de los casos. Ante la duda, deseamos dejar huella de nuestra breve andadura, de la realidad que vivimos o soñamos y para ello nos servimos del arte y de la historia; usamos las palabras como rastro y vereda, como conciencia de nuestros actos. Los lugares por donde pasamos cuentan nuestro avance por la vida.
Nuestro primer contacto con la existencia terrenal es el lugar de nacimiento. Para muchos será nuestro pueblo para siempre, aunque lo hayamos dejado atrás. Hay gentes de un sólo término o paraje, que nacen, viven y mueren en el mismo sitio, pero la condición natural del hombre es el nomadismo. Fue y es el motor del progreso. El nómada surge para satisfacer la curiosidad innata del hombre hacia lo desconocido. Incluso el sedentario abandona su hogar en ocasiones, aunque sea para hacer turismo. Otros marchan se su lugar de origen impelidos por la necesidad: la guerra y el hambre en el sur empobrecido por la codicia de unos pocos, el deseo de un futuro mejor en países más favorecidos pero con una clase política que legisla para su bolsillo. Uno deja su lugar de nacimiento, y a veces su país, por múltiples causas y va olvidando señales y vestigios por lugares de paso que jalonan su existencia.
Yo, lo dije alguna vez, tuve una infancia pequeña y castellana. Abandoné el pueblo pero nunca lo olvidé. Allí sólo crecen recuerdos, es un territorio de ausencias que me obliga a tornar a él de vez en vez. Aunque viajemos conociendo mundo, gentes y paisajes, considero lugares de paso aquellos en los que he vivido al menos una larga temporada y han dejado impronta permanente en mí. Tras Sardón, Castillo y Elejabeitia sirvió para darme cuenta de la falacia de la religión. Los frailes gabrielistas, en dos años de internado, me apartaron, sin proponérselo, de su dios, que era el dios del imperio (todo escrito con inicial mayúscula) y me alentaron a escribir. Después, Valladolid, durante cinco años de estudios y dos de trabajos y amoríos, fue apodíctica estancia donde se forjó el poeta que soy ahora. Ignoro si Sabadell, mi residencia más durable, será mi último lugar de paso. Cuando dejé la escuela, quería ser escritor y vivir en Sardón. Ahora, que no soy escritor ni moro en el pueblo, quisiera acabar mis días junto al mar, tal vez en algún rincón levantino porque Valencia es otro lugar de paso al que vuelvo con frecuencia. Y esperar ligero de equipaje, como dijo el poeta sevillano, la nave que nunca ha de tornar, pues
domingo, 27 de marzo de 2022
POESÍA
El pasado lunes, entre otros, fue, y lo celebró quien quiso y pudo, el Día Mundial de la Poesía. En este moderno santoral de la ONU y sus organismos oficiales hay días de todos los colores y para todos los gustos. Curiosamente estas jornadas ecuménicas las celebra cada país, cada comunidad, y hasta cada poeta (el 21 de marzo), desde su particular hagiografía patria. Hay gente ignara y poetas cuerdos que no lo festejan de manera especial. El día de la poesía, como el de la mujer y tantos otros es, o debe serlo, cada día, cada amanecer, sin necesidad de proclamarlo y retuitearlo a los cuatro vientos. Internet es terreno propicio para que nazcan, crezcan y mueran todo tipo de yerbas, buenos frutos y cizaña. El consumidor ha de saber elegir, y discernir la ambrosía de la ponzoña o el simple yerbajo inútil. Como todo en la vida. En las redes sociales se lee muy buena poesía junto a harapos que quieren pasar por vestimenta de versos. Hay poetas, que lo son dentro y fuera de ellas y pseudo-poetas jaleados por malos lectores de poesía. Unos y otros se manifiestan porque la viña del señor tecnológico no distingue la buena semilla del esqueje ponzoñoso o el liquen advenedizo. Y este inicio de la primavera o el otoño, según se mire, propicia el lirismo, qué duda cabe. Y puede que aumente el número de lectores, cual sucede en el día del libro, al menos de boquilla, lectores de poesía, o de cierta poesía. Yo, ya digo, soy más de celebraciones a salto de mata y de escribir a ratos y cuando las musas me acucian en mi dulce retiro jubilar. Por eso me ha pasado el mentado día, y la semana toda, de puntillas. O casi.
Cuando en mi lejana juventud adquirí la Antología de Gerardo Diego, que reeditó Taurus, leí atentamente todas las poéticas que le enviaron los autores antologados por ver si descubría qué cosa era la poesía. No lo conseguí, pero me sirvieron de guía para la (poética) que figura al frente de mi primer libro. Cada poeta —escribía entonces— puede dar un concepto distinto de poesía. Por esto mismo la Poesía es inconceptual. La pregunta de Bécquer continúa en el aire admitiendo respuestas de toda índole. La Poesía es múltiple y singular. Se la encuentra en cualquier parte. Desde entonces, tanto mi poesía como mi opinión sobre ella, apenas han cambiado, salvando la soltura y solvencia que da la madurez. Comprender el mundo y contarlo —he dicho alguna vez— es misión del poeta. O no comprenderlo y contarlo igualmente. Mirar con ojos diferentes y buscar las palabras que plasmen lo observado, el júbilo y el dolor, la injusticia y la libertad, el amor y la muerte. Ser aguijón y conciencia, compañero de copas y cómplice de versos.
La poesía nació para ser cantada porque el pueblo no disponía de muchos momentos de esparcimiento y además no sabía leer. Hay poesía propicia para el canto o la declamación. Y otra se puede adaptar. Paco Ibáñez, pongo por caso, como tantos cantautores y rapsodas, la ha popularizado, aunque dudo que la poesía llegue a quienes nunca serán capaces de abrir un libro de poemas como quien abre el cofre de un tesoro. Así y todo, la poesía se debe leer. En estos tiempos que vivimos con la imagen en el bolsillo, la poesía se debe leer. Y muchos no saben hacerlo y los juglares ya no cantan para ellos. La poesía, es cierto, necesita tomar la calle con esperanza y libertad en las manos porque es también un arma, debe levantar la voz y pisar el barro y la sangre cuando es necesario. Pero exige también su noche y su silencio. Su infalible mañana y sus lectores. Seamos cómplices, amigos, leamos poesía. Cada vez me siento más deudor de ella, no por los versos que he escrito y los que aún pueda escribir, sino por los que he leído y leeré. Y por los que nunca se me revelarán.
miércoles, 16 de marzo de 2022
GOLPE A GOLPE
El caso es que por aquí andamos contando con los dedos universos y sílabas mientras merodean las musas y caen obuses en Ucrania, en las calles y edificios de Kiev, Odesa y otras localidades que nunca antes oímos nombrar, edificios civiles tan iguales a los nuestros, tan indefensos como los nuestros. Y aumentan los muertos día a día, golpe agolpe. Y los refugiados que huyen de la sinrazón de la guerra. Entre tanto, llueve para disimular este invierno seco que termina, y un manto de polvo saharaui cubre las ciudades y la nieve de Europa. Acariciando un teclado que necesita renovarse, escribo en la noche junto a libros que se acumulan sin leer en estanterías desbordadas. No hay tiempo para la lectura ni para nada. La vida siempre es corta y nunca la aprovechamos como es debido. La vida siempre es corta y algún hijo de puta la destroza y arrebata jugando a ser juez y mesías
Golpe a golpe, verso a verso, canta Serrat a punto de retirarse, con Don Antonio al fondo, desnudo en el naufragio de la última nave cainita y atroz. Me duele el alma lacerada, las articulaciones y las heridas antiguas. Y un frío que viene del principio de los tiempos se instala en los huesos. Pero no queda otra que vivir. Vivir pensando en los suicidas que cobrarán voz y presencia este verano en la Vega de Granada. Cinco suicidas, un indigente, un notario y una prostituta (la única mujer del repertorio) sobre un escenario y desde las páginas de un libro, compartidos con los otros premiados, me mirarán ajenos y de frente, y ya no serán los mismos personajes que concebí un lejano día.
Golpe a golpe, año a año, ininterrumpidamente desde 2007, cuando ya le iba cogiendo, de nuevo, gusto a la pluma y a internet, han ido cayendo premios, de poesía sobre todo, alguno de narrativa y éste de Albolote (Granada), que recogeré el 17 de junio, por una obra dramática breve. Golpe a golpe, premio a premio, recital a recital, acto a acto, he conocido (y conoceré) poetas, músicos, escritores y gentes que hacen de la cultura un lugar cálido y acogedor. Gentes y lugares para descubrir la vida que late pese a todo y, golpe a golpe, voy desgranando por estos andurriales de la literatura de andar por casa.
lunes, 7 de marzo de 2022
CALLES SIN ROTULAR Y POEMAS SIN AUTOR
Viví en la calle de Las Eras, número 18. Pero en tal calle no figuraba rótulo alguno con su nombre, ni la casa lucía número visible ni invisible (ahora que lo pienso tal vez no fuera el 18 porque tal guarismo corresponde al día de mi nacimiento y puede haber un trasvase de fechas en mi maltrecha memoria). Recuerdo calles, como la de Fortunato Gaite Carrancio (el hombre fue diputado a Cortes, lo que le valió que pusieran su rimbombante nombre a la rúa que va de la plaza de la Iglesia a la del Ayuntamiento), que sí tenían su placa de mampostería. Sin embargo eran pocas, porque la calle de la Estación, de las Eras o del Molino, pongo por caso, no la necesitaban, pues todo dios conocía donde llevaban y, por tanto, cuál era su gracia. Muchas eran más conocidas por el apelativo popular que por la denominación oficial. Algunas podían generar dudas y discusiones, como la calle Larga y la Corta, la de Delante y la de Detrás. Y otras, en fin, puede que no tuvieran ni nombre. Claro que tampoco era necesario. Se conocía todo el mundo y las cartas, sólo con la mención del pueblo y del destinatario, llegaban a buen término. Los lugares pequeños tienen esa ventaja y la desventura del abandono y la falta de medios y recursos básicos para la convivencia y el desarrollo.
En muchas poblaciones hay calles con nombres de
poetas. Algunos nacieron en ellas y es un mínimo homenaje a quienes,
seguramente, no fueron p(r)o(f)etas en su tierra. Y es que los poetas existen
(a más de para rellenar olvidos, esquinas y cruces) por poner cierto orden en
la turbamulta de poemas que pululan por los libros y las redes. Aún así hay
autores (¿?) que se atribuyen creaciones de otros y textos mal ubicados a
conciencia o por negligencia. Y anónimos que hacen bueno el poemilla de Manuel
Machado:
Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor.
Tal es la gloria, Guillén,
de los que escriben cantares:
oír decir a la gente
que no los ha escrito nadie.
Procura tú que tus coplas
vayan al pueblo a parar,
aunque dejen de ser tuyas
para ser de los demás.
Que, al fundir el corazón
en el alma popular,
lo que se pierde de nombre
se gana de eternidad.
Romeros poetas, sean vuestros cantares de todos como el aire que
exigimos trece veces por minuto.
Que no los escriba nadie y los conozca hasta el aire. ¡Qué bueno sería que no
tuvieran nombre las calles y no supiéramos quien escribe los versos que la vida
nos dicta! ¡Que no hubiera pandemias que cambian de apelativo como se cambia de
gobierno y de rótulos en las grandes avenidas! ¡Que no hubiera plagios porque
fueran anónimos los poetas! ¡Que no hubieran (¡ay!) guerras a las puertas de
ninguna casa ni locos que deciden quien vive y quien muere! ¡Que la paz no
fuera una paloma sucia de ceniza y sangre! ¡Que hubiera carteros (y políticos)
que conocieran a los habitantes de cada rincón y que cada rincón fuera igual de
importante ante la ley y la justicia!
Imagen: La Vall d'Almonesir (Castelló)
CUANDO EL MUNDO SE LLAMABA CERRALBO
Todos los buenos autores poseen su propio estilo, definido e inconfundible. Los lectores, luego, por afinidad, gusto u otras circunsta...

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No me gusta como caza la perrilla (o perra, o perrita…) parece ser una expresión de origen manchego. Puede ser. Aunque, como dicho...
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Andaba yo en el bar del hotel Fray Sebastián de Nava de la Asunción, antesala del Premio Jaime Gil de Biedma y Alba, charlando con el alca...