Hay lugares míticos en la
literatura a los que, como Gil de Biedma a su Nava, uno acaba siempre por
volver. Por ejemplo: Macondo, Comala y, ahora también, Cerralbo. Cerralbo es
mucho más que un pequeño pueblo salmantino en el partido judicial de
Vitigudino, donde tuvo a bien nacer Ramón García Mateos allá por los albores de
los años sesenta. Cerralbo es ya, por derecho y por mor de la imaginación de
Ramón, un enclave legendario, un espacio literario que pertenece a todos sus
lectores. Cuando el mundo se llamaba Cerralbo es la última novela del
escritor y poeta salmantino afincado junto al Mediterráneo, en tierras de
Tarragona, que nos ofrece la cántabra Ediciones Valnera en una cuidada
impresión. Es una narración de descubrimiento y afirmación de la vida a través
de la muerte. Cuatro niños recorren el pueblo que es su mundo y van
descubriendo que no todo es tan simple y sencillo como hasta entonces les
parecía. La acción transcurre entre las gentes de un pueblo cualquiera, en un
paisaje rural y reconocible, aunque no conozcamos Cerralbo y el léxico
salmantino difiera del autóctono de cada cual.
La memoria es el territorio de
la infancia y Cerralbo es el territorio del niño que fuimos. Que los personajes
sean reales o ficticios poco importa. Cada lector los identifica con los
personajes de su propia peripecia vital y ello implica que la novela de Ramón sea
una novela viva y arquetípica que hace cómplice al lector para mayor deleite y gozo
espiritual. Es una novela que divierte y conmueve, se disfruta y saborea como
los propios recuerdos expresados por un maestro de la narrativa.
Siempre he considerado a Ramón
excelente poeta y gran escritor y esta obra, para quien lo conozca poco o lo
descubra ahora, lo catapulta a la altura que merece.
Esto dice el autor en un
pasaje del libro:
Bajo el manto de la realidad
se hallaba el mundo. Y el mundo era Cerralbo. Y Cerralbo palpitaba al ritmo del
lento traqueteo de la rueda del tiempo. Nada era imposible. Lo maravilloso se
hacía cotidiano y convivía, sin aspaviento alguno, con las aristas del trabajo
y la pobreza.
Os animo a descubrir ese
mundo.
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