A lo largo de cuatro años he ido publicando, amén de relatos y poemas, escritos calificados como no ficción tales como las 56 cartas a Amelia y, en 2021, una serie de 20 textos sobre el juego desde varias perspectivas. La página de los52golpes.com ya no permite seguir escribiendo en ella, aunque permanecerá accesible para su lectura hasta finales de marzo. Hasta entonces quien desee ver todo lo que he publicado puede hacerlo en https://los52golpes.com/2018/autor/jesus-andres-pico.
El epistolario, aunque nunca se sabe, lo di por concluido. En cuanto al tema del juego, tengo varias ideas por desarrollar y lo iré haciendo en este medio. Más que nada porque jugando es gerundio de jugar (escribí jerundio y el corrector lo cambió por gerundio. Se cree más listo que Juan Ramón.), y jugar conjuga perfectamente con vivir. Y hablando de Juan Ramón y de escribir los sonidos je, ji, con jota, me entero por el juego de El cazador de TVE1 que el gentilicio de Jaén, además de jienense, también es giennense. Consultado el diccionario de la denostada RAE me aclara, es un decir, que jiennense también es válido, pero no gienense. Y para mantener la integridad mental le pongo una vela al poeta de Moguer y me voy a hacer puñetas, impecable sistema para mantener ocupadas manos y mente.
En Pasapalabra,
conocido juego televisivo que pone de manifiesto los nervios y la impericia de
los aspirantes y el asombroso y estéril conocimiento léxico de la pareja de
concursantes que monopolizan el programa, suelen preguntar en el rosco final por un tiempo verbal y a mí,
que gusto de competir desde casa, sacándome del gerundio y del presente de
indicativo voy dado. Y es que la formación de ciencias adolece de estos
conocimientos de letras y humanidades. Aprenderse de memoria el diccionario, al
menos uno breve e ilustrado (la imagen ayuda mucho a la retentiva), es buen
ejercicio para destacar en este juego televisivo. Yo tenía un Vox que me hacía muy buen servicio antes de serle
infiel con la Gran Enciclopedia Larousse en
10 volúmenes que acabaron siendo 15 con los suplementos y que conservo aún
como una reliquia. El diccionario, como tantos libros, se presta muy bien para
el arte de hojear y el juego del ojeo, antes de acabar buceando, que también es
gerundio, en las aguas del saber. Aprender jugando siempre es mejor que hacerlo
rezando.
Jugamos con lo que tenemos por la mano o más a mano a lo largo de
la vida. El juego es un acto de amistad y de amor. Compartido o en solitario,
es una ceremonia íntima. Dime a qué juegas y te diré quién eres. Dime con quién
juegas y te diré cómo eres. Dime cómo juegas y te diré qué eres. Dime dónde
juegas, cuando juegas, cuánto juegas… y te diré… que me leas.
Está en marcha, pues, la segunda parte del encuentro, partido o
golpe monotemático y heteróclito sobre el juego, diversión, entretenimiento, esparcimiento, recreo,
placer, solaz, distracción, deporte, pasatiempo, descanso… con ánimo de retozar, recrearse, juguetear, divertirse, entretenerse, esparcirse,
brincar, corretear… y también de apostar, arriesgar, aventurar, envidar, competir, desafiar, retar, pugnar… para
terminar arreando, que es gerundio. Amén.