martes, 25 de enero de 2022

UNIVERSO FORGES



El 17 de enero Antonio Fraguas habría cumplido 80 lúcidos años si un 22 de febrero de hace cuatro, el maldito cáncer no hubiera dado carpetazo a su dilatado y magnifiqueibol dossier vital para hacer inmortal a Forges, que ya lo era  en vida de Fraguas, empero ahora lo es más, tanto que san Google le dedicó un doodle la pasada semana.

España desde siempre produce grandes poetas y excelentes humoristas. En general da muy buenos profesionales. Pero hay demasiado cafre suelto para contento de quienes viven de manejar a las mayorías borreguiles. Lo sabía muy bien el Forges, por eso sus viñetas son tan actuales hoy en día como el día en que fueron paridas.

Allá por los años 70 publicaba en Hermano lobo, semanario de humor que leíamos los alumnos de Cristo Rey, colegio jesuita y vallisoletano donde nos formábamos profesional y humanamente los jóvenes de provincias. Por aquellos tiempos de aprendizaje, apareció en esa revista la que fue mi primera y última viñeta, en una sección para humoristas noveles titulada El primer huevo. Me abonaron por ella 500 pesetas. Si hubiera sido mejor dibujante, podría haberme dedicado al humor gráfico en vez de trabajar con máquinas herramientas y, de paso, dedicarme a escribir poemas en ratos de inspiración y soledad. Humorista y poeta lo fue, sin duda, Antonio Fraguas de Pablo. Precisamente en su etapa de colaborador (Versitáculo poesial) en el programa de radio No es un día cualquiera, hablaba de poesía y leía poemas de poetas consagrados y de oyentes con ciertas dotes líricas. Que ahora recuerde, un 23 de abril sonó en antena mi soneto Libro abierto (Múltiple río, mar, libre vereda,/ comunitaria luz, vuelo del viento,/ silente lluvia fértil, lurte lento,/ de mente a corazón hilo de seda.[…]) y, al alimón con Pepa Fernández, recitó, recitaron, en otra memorable ocasión, mi Romance verde (Verde, verde. Todo es verde./ Verde, Federico, el viento./ El río verde, Gerardo.[…]) Conservo estas grabaciones rescatadas antes de la era gloriosa y consuetudinaria del podcast que disfrutamos ahora.

Antonio Fraguas catalanizó su apellido para inmortalizarse. Pero la fama le vino por su rompedora forma de entender el humor gráfico. Sus monigotes son únicos y reconocibles de aquí a la eternidad. Y su rico e innovador léxico. Creó todo un universo de lo cotidiano repleto de personajes entrañables (situaciones que sólo él, como buen poeta, sabía captar) y palabras que han quedado para siempre en el acerbo del idioma, algunas tomadas del natural y otras creadas al vuelo de la inspiración. Y de esta hacienda profusa legada a perpetuidad para la posteridad próxima y lejana, disfrutamos ahora, como grajeas de su arte, en la página del feibú Universo Forges, donde miles de personas comparten su admiración por el genial madrileño, universal y laico, y su visión de la realidad que le tocó vivir y la historia que tan bien versionó e ilustró. 

No debe faltar nunca en la mesa matinal el pan de cada día, los versos de cualquier poeta universal, foráneo o patrio, y las viñetas gráficas de grandes humoristas que campean, aún, en periódicos y revistas de papel y, cada vez más, en formato digital. Durante muchos años leía, entre otros tremendos notarios de lo que acontece en la calle (Mairena dixit), a Forges cada mañana, o casi, y alguna tarde noche de miércoles (víspera de El jueves) me daba un buen atracón. Como ocurre con todo artista que conecta con la gente, su creación le sobrevive y sobrevivirá más allá de nosotros.

Para sobrevivir a tanta gilipollez endémica, de verdad, sienta un Forges cada día a tu mesa.

Escucha el tema Antonio Fraguas el Forges interpretado por Rosa León

lunes, 17 de enero de 2022

JUGANDO QUE ES GERUNDIO (J. 02.01)

 


A lo largo de cuatro años he ido publicando, amén de relatos y poemas, escritos calificados como no ficción tales como las 56 cartas a Amelia y, en 2021, una serie de 20 textos sobre el juego desde varias perspectivas. La página de los52golpes.com ya no permite seguir escribiendo en ella, aunque permanecerá accesible para su lectura hasta finales de marzo. Hasta entonces quien desee ver todo lo que he publicado puede hacerlo en https://los52golpes.com/2018/autor/jesus-andres-pico.

El epistolario, aunque nunca se sabe, lo di por concluido. En cuanto al tema del juego, tengo varias ideas por desarrollar y lo iré haciendo en este medio. Más que nada porque jugando es gerundio de jugar (escribí jerundio y el corrector lo cambió por gerundio. Se cree más listo que Juan Ramón.), y jugar conjuga perfectamente con vivir. Y hablando de Juan Ramón y de escribir los sonidos je, ji, con jota, me entero por el juego de El cazador de TVE1 que el gentilicio de Jaén, además de jienense, también es giennense. Consultado el diccionario de la denostada RAE me aclara, es un decir, que jiennense también es válido, pero no gienense. Y para mantener la integridad mental le pongo una vela al poeta de Moguer y me voy a hacer puñetas, impecable sistema para mantener ocupadas manos y mente.

En Pasapalabra, conocido juego televisivo que pone de manifiesto los nervios y la impericia de los aspirantes y el asombroso y estéril conocimiento léxico de la pareja de concursantes que monopolizan el programa, suelen preguntar en el rosco final por un tiempo verbal y a mí, que gusto de competir desde casa, sacándome del gerundio y del presente de indicativo voy dado. Y es que la formación de ciencias adolece de estos conocimientos de letras y humanidades. Aprenderse de memoria el diccionario, al menos uno breve e ilustrado (la imagen ayuda mucho a la retentiva), es buen ejercicio para destacar en este juego televisivo. Yo tenía un Vox  que me hacía muy buen servicio antes de serle infiel con la Gran Enciclopedia Larousse en 10 volúmenes que acabaron siendo 15 con los suplementos y que conservo aún como una reliquia. El diccionario, como tantos libros, se presta muy bien para el arte de hojear y el juego del ojeo, antes de acabar buceando, que también es gerundio, en las aguas del saber. Aprender jugando siempre es mejor que hacerlo rezando.

Jugamos con lo que tenemos por la mano o más a mano a lo largo de la vida. El juego es un acto de amistad y de amor. Compartido o en solitario, es una ceremonia íntima. Dime a qué juegas y te diré quién eres. Dime con quién juegas y te diré cómo eres. Dime cómo juegas y te diré qué eres. Dime dónde juegas, cuando juegas, cuánto juegas… y te diré… que me leas.

Está en marcha, pues, la segunda parte del encuentro, partido o golpe monotemático y heteróclito sobre el juego,  diversión, entretenimiento, esparcimiento, recreo, placer, solaz, distracción, deporte, pasatiempo, descanso… con ánimo de retozar, recrearse, juguetear, divertirse, entretenerse, esparcirse, brincar, corretear… y  también de apostar, arriesgar, aventurar, envidar, competir, desafiar, retar, pugnar… para terminar arreando, que es gerundio. Amén.

 

 

 

 

 

 

lunes, 10 de enero de 2022

LAS COSAS DE CASA

  


Cierto poeta escribió, hablando de su madre:

Con caricia de nieve se posaban

en la leña, el puchero, los armarios,

en las cosas de casa cotidianas,

las desoladas aves de sus manos…

Al leerlo me vienen a la memoria las estancias y las cosas de la casa de mi infancia. La sala con su estufa de leña, la alcoba, el largo portal donde mi hermano y sus amigos jugaban a matar indios con canicas, la cocina que era el lugar más caliente y concurrido, mi habitación, el desván, el corral, la cuadra sin animales y sin puerta en cuyo hueco instaló mi padre un columpio y encumbrada en él iba del cegador sol del exterior a la fresca umbría, del día a la noche, de un reino a otro, de universo en universo a través de un portal interestelar…, el armario de formica encima del cual cogía polvo la enorme cazuela que, pasados los años, resultó de un tamaño harto normal y que habría de servir para el guiso del día de mi boda, según decía madre que guardaba en un baúl guarnecido con las iniciales de su tío, el dulzainero, mi futuro ajuar..., el porrón, los candiles, la única muñeca que tuve en mi vida y el carretón donde aprendió a andar mi hermano, el transistor Vanguard (pero eso ya fue cuando teníamos luz eléctrica y lo pude comprar con mis primeros sueldos)… A mi hermano le llevo nueve años y siempre que nos juntamos hablamos de la casa y sus cosas, de las trastadas y los buenos momentos aunque hay recuerdos que difieren y circunstancias que uno de los dos ha olvidado.

Yo era muy lista y, como quería ser maestra, enseñaba a mi hermano y a los niños de los vecinos para que cuando fueran a la escuela ya supieran leer y escribir. Como mi madre trabajaba en el campo y a mí me encantaba la casa, la arreglaba a mi gusto que, normalmente, no era el suyo. Así que, para evitar conflictos y malos entendidos cuando terminé la escuela me fui a servir a Madrid. Pero, como tenía vocación de madre, siempre que volvía le traía regalos a mi hermano (los primeros reyes que tuvo se los traje yo y, aunque él sabía la verdad, colocó con mucha ilusión sus zapatos tristes en la ventana y por la mañana del 6 de enero me comió a besos). Le traía regalos y removía toda la casa y cambiaba de sitio las cosas porque mi madre no sabía de la misa la mitad y tampoco le ponía el mismo interés que otras madres. Anduve por gran parte de España y en el extranjero. En Suiza me eché novio y nos casamos en el pueblo, como debía ser. Nos vinimos a vivir a Sabadell donde él tenía una hermana y tuve, por  fin, mis cosas de casa dispuestas a mi gusto en mi propio hogar. Las cosas de casa que recordarán mis hijos cuando tengan mi edad. ¿Las recordaré yo? ¿Se acordaba mi madre de las cosas de su infancia? ¿Eran las mismas que yo evoco? ¿Tenían para ella la importancia que yo las doy? ¿Las añoró en su lecho de muerte, tras 26 años de viudedad, casi centenaria, lejos de su casa, aislada y sorda en un mundo desconocido para nosotros? ¿Dónde volaron las desoladas aves de sus manos? El polvo del tiempo se posa lentamente sobre las calladas cosas de la casa. Pongo el puchero al fuego. Hoy no es fiesta y sólo somos dos a comer.

 

miércoles, 5 de enero de 2022

NO ME GUSTA COMO CAZA LA PERRILLA

 



No me  gusta como caza la perrilla (o perra, o perrita…) parece ser una expresión de origen manchego. Puede ser. Aunque, como dicho cinegético, esté extendida por todo el centro peninsular. Yo se la oí por primera vez a José Luis Martínez, el entrañable Abuelo de Payma, primer trabajador y primer fallecido de la empresa que  se ha llevado tantos años de mi vida que daría para escribir 52 golpes y más. José Luis era soriano, pero le decían maño porque su pueblo estaba en la raya de Aragón. La frase viene a significar que algo no marcha como debiera. Y pocas cosas marchan como debieran. El mundo no se arregla ni cambiando de perra. Y es que los perros son los que son por mucho que los andemos cambiando de collares. Y la caza cada vez va a menos. Y más tras dos años de pandemia y lo que te rondaré morena. No, la cosa no marcha como debiera. Y este año recién nacido con vocación de dúo sacapuntas me da en la nariz que no va a ser mejor que los anteriores.

Los años, como los políticos, nunca colman las expectativas que generan. Los gobernantes no cumplen sus promesas electorales y los ciudadanos que desayunamos noticias y café con leche no cumplimos con nosotros mismos y le echamos la culpa al año, que no es inocente pero tampoco es un chivo expiatorio. Así, entre mentiras y engaños, noticias irrelevantes y fakes,  influencers y tertulianos, desgracias universales y algún oráculo despistado, van pasando los lustros y los siglos con más pena que gloria. Y no hay vacuna que nos inmunice ni perra que cace en buenas condiciones. El problema es que no hemos evolucionado lo suficiente y seguimos en el estadio de cazadores recolectores por mucho que los tiempos adelanten una barbaridad. Andamos por la ciudad con móviles de última generación y perros que han olvidado el arte de la caza. Nos decimos cibernautas pero en el fondo creemos en las
divinidades de las cavernas y en mitos ancestrales que perviven en nuestro ADN. Y es que somos, en general, más de derechas que el pollo negro y las amapolas.

Pero a la gente que de verdad es de derechas y tienen su parcela de riqueza y poder les importa una mierda cómo cace la perrilla o si tiene olfato y pose para ello. A ellos nunca les vienen mal dadas. Y a mayor desigualdad más beneficio. Y cuando el mundo se vaya al carajo, ya tendrán su cortijo en marte o en cualquier planeta muy, muy lejano. Ni tú, ni yo, ni el otro llegaremos a verlo como tampoco vimos cazar a la perrita en sus tiempos gloriosos. Pero iremos desgranado años de doce en doce y diciendo aquello de feliz año peor, con la fútil esperanza de que nos toque la lotería o nos llevemos un premio literario que no esté amañado. O que lo esté. Señal de que nos admiten en el sistema y podremos olvidarnos de la perrilla y sus habilidades.

Feliz año, compañeros y compañeras. Si sobrevivimos a los52 golpes, nos hallaremos al final.

   

martes, 28 de diciembre de 2021

PROPÓSITO

 

«Escribe una historia corta cada semana. Es totalmente imposible escribir 52 malas historias seguidas» De este consejo de Ray Bradbury surgieron los52golpes.com en 2017. Durante cuatro años (2018-2021) he participado en alguno de sus apartados: relato, no ficción o poesía. Pero la página cierra. En 2022 ya no habrá 52 nuevos autores escribiendo 52 historias originales, como el pecado que todo escritor sobrelleva desde la noche de los tiempos. No explican los motivos, supongo que no se han cumplido las expectativas con que se creó. Probablemente no tuviera el impacto y difusión esperados. En la primera edición se llegó a editar un libro antológico, pero la respuesta de los posibles lectores, diría que también de los autores, no fue la deseada y la  cosa no cuajó.

Yo participé más que nada por obligarme a escribir. Sin embargo no me veía capaz de parir un relato semanal, entre otras cosas por falta de ideas y de práctica. Por eso fui alternando la narrativa con poemas, breves artículos o vivencias y misivas a Amelia. Amelia fue un amor de infancia y adolescencia con quien me carteé durante varios años. Conservé sus cartas un tiempo, pensando en escribir un Epistolario de Amelia a partir de ellas. Nunca lo hice y, como redención redacté 52 mensajes epistolares durante 2019, también por cambiar de registro. Intenté una novela negra por entregas, El último asesino, que apenas ha quedado esbozada  y en este año que concluye, una serie de artículos sobre el tema infinito del juego y los juegos, con19 publicaciones que tendrán continuidad.

Mi otro blog, De donde nace el viento, es un espacio para la poesía y en él tendrán cabida, como hasta ahora, mis poemas, nuevos o editados. En esta bitácora que ahora inicio, tomarán forma relatos, vivencias, reflexiones y prosas varias, algunas recuperadas de otros lugares como los52golpes, del cual pretende ser sucesor, otras inéditas y escritas para la ocasión.  

Nos quedan por delante 52 semanas para compartir golpes y, esperemos, muchos años más. ¡Feliz lectura y feliz vida!

CUANDO EL MUNDO SE LLAMABA CERRALBO

    Todos los buenos autores poseen su propio estilo, definido e inconfundible. Los lectores, luego, por afinidad, gusto u otras circunsta...